sábado, septiembre 02, 2006

cuore cattivo

En principio, este post iba a tratar sobre el perro del catalogo Ikea y su enorme pene. O el presunto pene,pues la verdad es que a mi me costó reconocerlo.Pero dejando a un lado que no me encuentro con ánimo de ironizar acerca del tema,y que por lo que he visto ya hay un buen número de blogs hablando del perrrito, he redecorado el post. Ahora habla de mi.Lo reconozco,soy muy materialista.Tengo una gran cantidad de objetos terrenales completamente inútiles y con un valor sentimental cuanto menos difuso.Ya sabeis, es díficil cogerle cariño a un teléfono móvil, cuando a los seis meses de haberlo comprado sale uno más pequeño y con muchas más prestaciones.Cruelmente, lo abandonas.Aunque ese es un mal ejemplo, sólo tengo un telefonino de esos,pero si que anda por ahí semiabandonado, nunca nos hemos llevado bien...Me refiero a poseer cosas y no darle ningún valor, son nuestras si, pero ¿de que nos sirven? Una estanteria llena de libros que solo hemos leido una vez y no nos han gustado, un armario lleno de ropa que no nos ponemos.En mi caso también son los bolígrafos.Soy un poseedor compulsivo de bolígrafos, he perdido la cuenta de los que tengo.Mis amistades y familiares,conociendo mi pequeña obsesión suelen regalarmelos, y en cruel ironia y sin sospecharlo, enturbian y acrecientan esta relación neurótica con esos pequeños objetos.
Algunas veces pienso lo poco que nos separa de caer en una especie de síndrome de Diógenes. Poseer, guardar para un futuro incierto.Eso nos da la tranquilidad. Ah, pero yo no soy el único que lo padece, a otros les dá por llenar el disco duro de imágenes y programas , o de acumular compulsivamente en estanterias películas que nunca verán. Sangre nueva, el valor de lo efímero... Como dice el atormentado personaje de Julia en la película Azul de Kieslowski " ahora me he dado cuenta de lo que voy a hacer : Nada. No más posesiones, ni recuerdos,amores,amigos ni ataduras. No son más que trampas"...Voy a intentar reciclarme, pero seguro que esos pequeños bolígrafos son más fuertes que yo, me temo.

3 comentarios:

Gore dijo...

El Síndrome de Diógenes debe ser cosa de la edad; yo antes no guardaba nada, pero ahora tengo un montón de cosas inútiles, la mayoría porque me recuerdan los buenos momentos. Y es que no me puedo deshacer de ellas, eso sería muy cruel...

J dijo...

Si, que suerte tienes tú si sabes diferenciar las cosas inútiles de los recuerdos. Pero es que soy incapaz de tirar nada.Soy como el tio ese de "el otro lado de la cama ", cuando la chica le rompe una camiseta vieja para hacer trapos.Yo tenía una camiseta de esas que me traia buenos recuerdos. Ja, ja, ja estaba vinculado emocionalmente a ese trapo.

elpibedealabama dijo...

pues a mi me pasa al revés, es curioso. de pequeño lo guardaba todo, cada año o así tenía que guardar en bolsas todo tipo de recuerdos tipo flyers, entradas de conciertos, llaveros, entradas de cine, llaves que no vuelves a usar... hasta los tickets del abono transporte mes a mes durante más de 10 años!. Ahora ya paso cada vez más de todo, lo único que guardo son alguna entrada de concierto que acabo perdiendo.

lo único que sigo guardando son todas las pelis y música que me bajo. lo catalogo todo escrupulósamente en una BD con un programa que hice y todo. Y la verdad es que me estoy replanteando hasta el hecho de grabarlas, he sido demasiado diógenes con este tema.