brother in trouble

Es curioso y paradójico la primera impresión que a veces nos hacemos acerca de una persona. En lo engañoso de las apariencias, y como poco a poco cambian los esquemas prefijados que nos levantamos y como tras la máscara de una aparente dulzura, se puede esconder la persona más insensible, crúel y despiadada. Por contra, quien menos crees que pueda tenerlo, posee un corazón inmenso y una inesperada ternura. Este es el caso del protagonista de este post. La impresión que me dió cuando le empezé a conocer fue la de ser una persona un poco ruda,de humor nada sutil y en ocasiones agresiva en los modos. Si, se lo que estais pensando...El paradigma del gañán.!! Exacto!! Así es mi amigo Goyo; capaz de enamorar a una moza lanzándole un berrido a media milla de distancia o de derribar de un puñetazo a un sargento que no comprendió la frase clara y cristalina " no me de voces en la oreja".
Si, ese es mi amigo. Un tipo entrañable y cercano.Un pedazo de pan. Ahora pasa por unos momento malos. Se le nota, en ese sentido no puede ocultar su situación: se rie poco,está un poco distante e incluso somatiza los daños colaterales de su preocupación con un desconcertante temblor en un ojo.
¿Cual es la causa del nerviosismo de mi colega? Pues bien,se las tiene que ver con la justicia. Las acusaciones no vienen al caso, pero su actitud le delata. Es totalmente inocente, yo confio plenamente en el.Pero ese ansiedad y preocupación que padece me inquieta. Lamentablemente la vida no es una película de abogados americana ( por las que confieso tener una inclinación casi culpable) en las que suelen triunfar los inocentes pese a las inevitables trampas con que los caprichosos guionistas siembran la acción.En esas películas siempre rige la conducta ecuánime del juez, los testigos no se dejan arrastrar por la actitud y las preguntas tendenciosas del siempre antipático fiscal del distrito.Ea, que la verdad triunfe...