lunes, mayo 21, 2007

el experimento campillo

El experimento campillo es un experimento pseudocientífico del que supongo habreis oido hablar: Se coge a un músico más o menos popular, se le proporciona su herramienta de trabajo y se le coloca en un ambiente a priori hostil ( acústica horrible, audiencia apresurada y/o somnolienta,aislada del mundo por mptreses o con una nula capacidad para inventar una excusa de por que ha llegado media hora tarde a su puesto de trabajo) con el fin de juzgar las pautas de comportamiento de gente corriente ante el arte y el talento de un "desconocido".La recaudación tras media hora de concierto del conejillo de indias Campillo: setenta y un centimos. Tremendo para el ego. A principio de año este mismo experimento fue llevado a cabo por otro reputado músico, el violinista Joshua Bell,ejecuta obras de Schubert y Bach con un Stradivarius de 1711 ante la indiferencia general de la gente que transitaba por el vestíbulo de la estación de Washington. El resultado de ambos experimentos está claro y no deja lugar a dudas: el arte es ignorado. Bueno, pues yo tengo a bien criticar, o argumentar en contra del protocolo experimental expuesto anteriormente ydecir que según mi propia experiencia y el conocimiento científico actual que poseo, me tiro a la piscina y digo que una gran parte- sino todas- de las personas que no supieron o no quisieron apreciar la belleza, dentro de un contexto y condiciones menos desfavorables no hubieran ignorado al músico.
Martes 15 de mayo, en una esquina de la plaza Mayor me llaman la atención tres tios,van vestidos con trajes negros y elegantes sombreros. Se cambian de zapatos, hacen una especie de ritual de coreografia y mientras uno de ellos se acompaña de un bandoneón, los otros dos improvisan tangos. A los pocos minutos bailan dentro de un corrillo de unas cincuenta personas...

2 comentarios:

Gore dijo...

Cuando oí lo del violinista ese flipé mucho. No es que el arte sea ignorado, es que, como tú dices, no era el contexto apropiado. ¿Quién coño se pararía, no ya a escuchar, sino a observar minuciosamente a un músico en plena calle? Si vas con prisa, pasas del tema, y si tienes un poco de tiempo, escuchas un poquitín, tiras alguna moneda y listo; pero no te quedas a averiguar quién está tocando.

elpibedealabama dijo...

claro, tiene trampa. la peña pasa porque va con prisa y se trata de un tipo de "belleza" que no reconoce. cuánta peña está puesta en músicos y violines? y lo que es más importante, a quien demonios le gusta?
la gente normal prefiere una charanga o un hombre orquesta tocando en la calle paquito el chocolatero que a la filarmónica de viena, y eso tengas prisa o no.
Es como si un jugador élite de beisbol se pusiera a jugar en un campo furbol de vallekas, la peña ni le miraría